El conjunto pictórico, que representa tres figuras humanas interactuando con un jabalí salvaje, fue descubierto en la cueva de Leang Tedongnge, en un remoto valle de la mencionada isla indonesia en 2017.
En aquel momento, su antigüedad se estimó en aproximadamente 45 mil 500 años y para comprobarlo, se utilizó la técnica de datación de arte rupestre más extendida, el método por las series de uranio, explicaron los autores, los arqueólogos Adhi Agus Oktaviana y Maxime Aubert.
Ese método consiste en la toma de muestras de depósitos de calcita formados sobre este tipo de pinturas, que mide después el decaimiento del isótopo del uranio en torio con el paso de los años y el agua.
Al no ser soluble, el torio no penetra en los depósitos, razón por la cual medir la cantidad relativa de uranio y torio en los minerales puede revelar su edad y, por lo tanto, la antigüedad de pinturas rupestres.
Éste mismo método, junto al Carbono 14, ha permitido establecer que las más antiguas pinturas figurativas de Altamira, un caballo y tres manos, tienen entre 26 mil 417 y 25 mil 912 años.
Mediante las series del uranio se ha podido así mismo determinar en 35 mil 600 años antes de hoy la fecha de creación de un signo pintado en rojo en la conocida como Sala de Polícromos, donde se concentra la mayor parte de las manifestaciones.
Entre estas últimas se incluyen, además, bisontes y ciervos, algunos de los cuales rebasan los dos metros de longitud. Descubiertas en 1879, las pinturas rupestres de Altamira fueron consideradas las más antiguas del mundo en su momento.
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