La designación tuvo lugar en una reunión del mandatario con los jefes militares y los representantes de los manifestantes para finalizar el esquema del Ejecutivo provisional, tras la dimisión y salida del país de la ex primera ministra Sheikh Hasina.
Muhammad Yunus, crítico acérrimo de Hasina que residía en el exterior, ocupará el cargo de primer ministro interino hasta que se organicen nuevas elecciones.
Sus relaciones con Sheikh Hasina se deterioraron en 2008, cuando se iniciaron investigaciones sobre él, según reportes.
Por otra parte, para intentar restablecer el orden, el comandante Md Mainul Islam fue designado como nuevo inspector general de Policía, luego de ser depuesto del cargo a Chowdhury Abdullah Al Mamun, y se aceptó la renuncia del fiscal general adicional, Mohammad Morshed.
El jefe de Estado notificó a la prensa que otros movimientos políticos se darán a conocer tras consultas con los partidos del país.
Precisamente, la víspera, las organizaciones políticas de izquierda marcharon en Dacca para exigir que se tengan en cuenta a todas las agrupaciones en las decisiones para la formación del gobierno provisional.
También instaron a todos a proteger a los compatriotas y sus bienes, así como a enfrentar los hechos de violencia.
Participaron en la demostración, altos representantes del Partido Comunista de Bangladesh, Bangladesh Jasod, Liga Comunista Biplobi, Partido Ganatantrik Biplabi, Samyabadi Andolon entre otros.
La víspera centros educativos, oficinas, comercios y fábricas abrieron en Bangladesh en un intento de recuperar la calma bajo la vigilancia del Ejército, después de un lunes de disturbios con incendios a comisarías e instalaciones gubernamentales en diferentes partes del territorio bangladesí.
Al menos 10 agentes fallecieron por disparos contra la estación en Uttara East, mientras se reporta la aparición de cuatro cadáveres en las afueras de la de Jatrabari y otras fueron reducidas a cenizas, incluso con policías en su interior, de acuerdo con Dhaka Tribune.
Según la fuente, se contabilizan al menos 135 muertos durante los disturbios, robos y saqueos que precedieron la intempestiva salida de Hasina del país; sin embargo, las cifras mortales aún son imprecisas.
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