Hasta el 30 de agosto pasado al menos 291 personas habían perdido la vida o su paradero se desconocía en las aguas del mar Caribe, un 18 por ciento más comparado con los 247 registrados en todo 2023, precisó la organización.
La OIM llamó la atención que las peligrosas condiciones naturales y de clima de estos trayectos en el Caribe, sumado a desapariciones forzadas causadas por los traficantes, hacen que las embarcaciones desaparezcan sin dejar rastro.
Puntualizó que estas rutas no son utilizadas solo por migrantes de Latinoamérica y el Caribe en su objetivo de llegar a Estados Unidos, pues se han detectado casos de naufragios o ausencias de embarcaciones que transportaban ciudadanos procedentes de África.
También consideró peligrosos los trayectos de Haití a República Dominicana, y de Cuba a Estados Unidos.
En el caso de Cuba, su gobierno ha reiterado la voluntad de mantener la cooperación con Estados Unidos para una migración regular, segura y ordenada, frente al incremento de la los arribos a territorio norteamericano, favorecidos por la política del país norteño contra la isla.
Las autoridades de la mayor de las Antillas alertan que la política oficial de Washington privilegia al migrante cubano que de modo irregular llega a sus fronteras o ingresa al país por vía ilegal, al conferirles un tratamiento diferenciado.
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