“(…) El año pasado, de acuerdo a los reportes que tenemos del Instituto Nacional de Estadística (INE), Oruro tuvo una tasa de crecimiento del 7,8 por ciento”, afirmó el mandatario en un discurso en la conmemoración del aniversario 24 de la Asociación de Municipios del Departamento de Oruro.
Durante el acto en Curahuara de Carangas, el jefe de Estado calificó de relevante que la minería se mantiene como principal rubro de movimiento económico departamental, pues el año pasado también en este acápite se rompió récord productivo.
Al referirse a cifras, añadió que en 2023 el producto interno bruto (PIB) de Oruro llegó a dos mil 269 millones de dólares, el más alto del territorio, muy superior a los dos mil 66 millones registrados en 2019.
Calificó Arce de “importante” para el crecimiento económico orureño la reactivación de la minería y el dinamismo que cobra la quinua, principalmente en el mercado externo.
“El año pasado, de enero a junio -comentó-, el dato de exportación de quinua para Oruro era de 20 millones de dólares. En esta gestión, en el mismo periodo (…), la cifra se incrementó a cerca de 34 millones de dólares”.
Las exportaciones de Oruro llegaron a 283 millones de dólares en el primer semestre de 2024, equivalente a un crecimiento de 20 puntos porcentuales respecto a igual etapa de 2023, con el estaño y el zinc como como los productos líderes, en ese orden.
Explicó el mandatario que, poco a poco, las políticas de incentivo a la producción agropecuaria y la industrialización de la quinua cobran cada vez más interés e importancia en Oruro, que diversifica su producción.
Recordó que el Gobierno nacional ejecuta varios proyectos de industrialización en Oruro, como los centros de servicios de procesamiento y almacenamiento de alimentos para ganado con base en totora y alfalfa, en la zona de Choro.
Enumeró, igualmente, la industria de camélidos, en Turco; la ampliación de la planta de lácteos, en Challapata; y la de acopio de grasas, aceites y reciclados, en el municipio capital.
Se refirió también a las plantas procesadoras de charque de llama, en Cruz de Machacamarca y Challapata; la de sal mineralizada para ganadería, en Sabaya; la industrializadora de zanahoria, en Soracachi; y la refinadora de zinc.
Incluyó Arce en esta enumeración la planta industrializadora de quinua, en el santuario de Quillacas; y la de fabricación de hormigón para el municipio de la ciudad de Oruro, financiado por el Gobierno nacional en un ciento por ciento, con más de 15 millones de bolivianos (más de dos millones de dólares).
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