En su cuenta de X, el general de División libanés enfatizó que lo cometido por Israel ayer al hacer explotar miles de dispositivos de comunicación llevados por ciudadanos es descrito como un crimen de guerra, en violación de las leyes internacionales.
Para el exfuncionario, el acto criminal israelí requiere acelerar la implementación del fallo emitido por la Corte Penal Internacional para responsabilizar a los líderes de la ocupación de una vez por todas.
A juicio de Ibrahim, la agresión electrónica constituyó un intento desesperado por parte de las autoridades del enemigo israelí de restaurar la teoría de la disuasión superior y el poder que perdieron el pasado 7 de octubre tras la operación palestina Diluvio de Al-Aqsa.
El Ministerio de Asuntos Exteriores consideró el hackeo de los dispositivos inalámbricos una escalada peligrosa, a la luz de un discurso cada vez más intenso de las autoridades israelíes de ejecutar una incursión ampliada contra Líbano.
La cancillería anunció la preparación de una denuncia para presentarla al Consejo de Seguridad de la ONU a este respecto tan pronto como se completen los datos sobre la agresión israelí.
En un comunicado, la Resistencia de Líbano (Hizbulah) confirmó que a aproximadamente a las 15:30, hora local, detonaron varios dispositivos de recepción de mensajes conocidos como Pagers que poseen varios trabajadores en las diversas unidades e instituciones de Hizbulah.
Después de examinar todos los hechos actuales, los datos y la información disponible, Hizbulah responsabilizó a Israel de la agresión criminal y reafirmó su respuesta.
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