Mediante su perfil en la red social X, el ministro de Gobernación Francisco Jiménez explicó esta mañana que la decisión es para proteger a médicos, enfermeras, guardias, abogados y a toda la sociedad.
Son prisiones, no vacaciones, remarcó el titular de la cartera de Interior del país, quien impulsa desde el inicio de su gestión en enero pasado acciones para eliminar las extorsiones y otros flagelos generados desde las cárceles.
La medida, según el sistema penitenciario en un nuevo protocolo, busca evitar las fugas, proteger la seguridad de los privados de libertad, los funcionarios y la sociedad.
En una circular precisó que los grilletes deberán ser colocados adecuadamente, de acuerdo con criterio de necesidad, proporcionalidad y respeto a la dignidad, además si los reos se encuentran hospitalizados los tendrán todo el tiempo.
El personal asignado deberá dar estricto cumplimiento al protocolo de seguridad y mantenerse en total alerta para evitar distractores y entrar en familiarización con los privados de libertad.
Jiménez expuso a fines de julio último un resumen de los primeros seis meses de trabajo, entre lo que incluyó devolver a la ciudadanía la confianza en sus autoridades, para lo cual trazaron una hoja de ruta.
El resultado de esta misión estratégica –según la descripción- es el incremento de la presencia policial en distintas áreas, principalmente donde existían vacíos, como la lucha contra las extorsiones.
En relación con las requisas en centros carcelarios, desde donde salían llamadas para amedrentar a ciudadanos y comerciantes, efectuaron 96, a partir de las cuales incautaron una gran cantidad de artículos prohibidos.
Uno de los principales retos del presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, y de su administración, es la inseguridad ciudadana existente en los 22 departamentos, entre ello el abandono en que encontró el sistema penitenciario.
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