Así quedó establecido en la Declaración y Plan de Acción de Chile, aprobados en la sesión de clausura del encuentro regional convocado por el 40 aniversario del denominado Proceso de Cartagena sobre los Refugiados de 1984.
Este nuevo marco estratégico es un abanico de recomendaciones y una hoja de ruta común para los próximos 10 años, además de confirmar la voluntad de conciliar posiciones y promover la cooperación, dijo Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur).
Destacó el funcionario la capacidad de este foro de favorecer la representatividad en la búsqueda de alternativas de las personas desplazadas, refugiadas y apátridas, porque sin su voz y fuerza no es posible avanzar.
El jefe de la oficina de Acnur hizo referencia a las alianzas con organismos regionales y subregionales, no solamente con relación al tema de refugiados, sino también a la migración, lo cual permite multiplicar la respuesta a todos los fenómenos de movilidad humana.
La Declaración y Plan de Acción de Chile para la próxima década señala el incremento en la complejidad y magnitud del desplazamiento de personas, el cual, afirma, no disminuirá en el mediano o largo plazos y posiblemente se intensificará.
Agrega el documento que las personas enfrentan cada vez más riesgos a lo largo de las rutas de viaje, como extorsión, secuestro, desapariciones, violencia y muerte.
Al respecto, el Ministro chileno de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, destacó la innovación de incorporar al Proceso de Cartagena un enfoque de género interseccional e intercultural.
“Hay mas de 22 millones de personas desplazadas forzadamente en nuestra región, de las cuales 46 por ciento son mujeres, adolescentes y niñas”, dijo el canciller y advirtió sobre los riesgos de abusos, trata de personas y otros peligros durante el tránsito.
Otro elemento novedoso en el Plan de Acción de Chile es el tratamiento al cambio climático como un factor determinante en la movilidad obligada de grupos humanos.
América Latina y el Caribe es la segunda zona más vulnerable a los impactos de fenómenos extremos y por lo menos un tercio de la población vive en zonas de alto riesgo, afirmó van Klaveren.
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