La guerra económica permanece como “obstáculo fundamental al desarrollo y la recuperación de la economía cubana con un alto costo humano para la población, y continúa siendo un estímulo a la emigración”, señaló en un comunicado .
Sobre el retiro de Cuba de la citada lista, señala que, “A pesar de su carácter limitado, se trata de una decisión en la dirección correcta y en línea con el firme reclamo del gobierno y el pueblo de Cuba, por lo que se agradece el apoyo solidario de todos, por su contribución y sensibilidad”.
Señala que al retiro, se sumaron dos decisiones que impiden entablar demandas sobre bienes cubanos y eliminar la lista de entidades de la isla con las cuales se prohíbe a ciudadanos e instituciones estadounidenses realizar transacciones financieras, lo que ha tenido efecto en terceros países.
Tales medidas, dice el PS, son positivas porque ponen fin a medidas coercitivas específicas que, junto a muchas otras, causan un grave daño a la economía cubana, con efecto severo sobre la población y han sido un tema presente en los intercambios oficiales de Cuba con el gobierno norteamericano.
“Sin embargo, siguen vigentes el bloqueo económico y buena parte de las decenas de medidas coercitivas que se pusieron en vigor desde 2017 para reforzarlo, con pleno efecto extraterritorial y en violación del Derecho Internacional y de los derechos humanos de todos los cubanos”, agrega el comunicado.
Advierte que continúa la persecución ilegal y agresiva contra el suministro de combustible que Cuba tiene legítimo derecho a importar.
Se mantiene la cruel y absurda persecución de los acuerdos de cooperación médica internacional de Cuba con otros países, amenazando así con privar a millones de personas de servicios de salud y limitando las potencialidades del sistema de salud pública cubano, añade.
Además, “Las transacciones financieras internacionales de Cuba o las de cualquier nacional que estén relacionadas con Cuba permanecen bajo prohibición y represalias; los buques mercantes que atraquen en Cuba también siguen amenazados”, remarca.
Agrega que todo ciudadano estadounidense, empresa y entidad subsidiaria de una corporación de ese país, tiene prohibido comerciar con Cuba o entidades cubanas, salvo excepciones muy restringidas y reguladas.
“El acoso, la intimidación y las amenazas contra el nacional de cualquier país que se proponga comerciar con Cuba o invertir en este país, continúa siendo política oficial de Estados Unidos. Cuba sigue siendo un destino que el gobierno estadounidense prohíbe a sus ciudadanos”, explica.
Destaca además que, “como siempre, Cuba permanecerá dispuesta a desarrollar una relación de respeto con ese país, basada en el diálogo y la no injerencia en los asuntos internos de uno y otro, a pesar de las diferencias.
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