El propio ministro indio de Relaciones Exteriores confirmó los encuentros, como parte de su visita a Washington, con el secretario de Estado Marco Rubio y el asesor de Seguridad Nacional Mike Waltz.
Medios especializados destacaron que la cita se efectuó en medio de la posibilidad de repatriar a 18 mil ciudadanos indios que podrían resultar afectados por las nuevas medidas aprobadas por Trump, que han colocado en una posición precaria a los migrantes indocumentados y a quienes tienen visas temporales en Estados Unidos.
Expertos señalaron que la India posiblemente tomará esa medida como parte de su esfuerzo de mantener los lazos diplomáticos y demostrar su voluntad de cooperar con la nueva administración estadounidense.
La diáspora india constituye una de las comunidades de inmigrantes más grandes de Estados Unidos y una parte significativa reside en ese país de manera legal, en particular a través de vías de empleo especializadas como la visa H1-B.
Solo en 2023, los indios recibieron casi el 75 por ciento de las 386 mil visas H1-B emitidas, puntualizó la prensa.
Según los datos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos, de noviembre de 2024, de la India solo hay 17 mil 940 personas de las 1,45 millones previstas para la deportación.
Por otra parte, especialistas advirtieron que la decisión de repatriar a 18 mil ciudadanos indios plantea retos para la nación asiática, como la necesidad de una eficiente coordinación diplomática y logística para poder identificar y facilitar el retorno de esas personas.
También pone de relieve la necesidad de estrategias a largo plazo para abordar la migración indocumentada, como el fortalecimiento de los sistemas de visados y el aumento de estrategias para concientizar sobre las vías de emigración legal.
De igual modo, señalaron, plantea interrogantes sobre el impacto humanitario de tales medidas, en particular en las familias separadas por la deportación o en las personas que no pueden regresar a condiciones estables en sus países de origen.
Al mismo tiempo, esta medida abre oportunidades para que la India reevalúe sus sistemas de apoyo a los ciudadanos que regresan, asegurando su reintegración a la economía y la sociedad.
Para Nueva Delhi, la migración sigue siendo un problema complejo que requiere soluciones colaborativas que prioricen los derechos humanos junto con los intereses nacionales.
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