Las sacudidas que se iniciaron el sábado 1 de febrero alcanzan magnitudes entre 2.5 y 3.4 en la escala de Richter, y 23 fueron percibidos por la población.
Los informes tuvieron en cuenta los temblores hasta las 06:00 horas de la mañana de este martes, precisó la agencia ambiental.
Estos movimientos son atribuidos a la activación de las fallas geológicas en la zona del distrito de Juayúa y alrededores.
«Por las características de las señales registradas, el origen de esta actividad sísmica es atribuido a la activación de fallas geológicas en la zona. No se descarta la ocurrencia de sismos de igual o mayor magnitud a los ocurridos hasta ahora», aseguró Medio Ambiente.
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