El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados criticó en un comunicado “los crímenes cometidos por las fuerzas de ocupación contra los civiles, sus propiedades e infraestructura”, en especial en las localidades de Jenin, Tulkarem, Tubas, Al-Far’a y Tammun.

El texto condenó el desplazamiento de miles de palestinos de los campamentos de refugiados de Tulkarem y Jenin como consecuencia de las operaciones castrenses, que destruyeron decenas de edificaciones allí.

Tales crímenes representan una flagrante violación del derecho internacional y de las Convenciones de Ginebra, subrayó.

La Cancillería consideró que tales ataques forman parte de la estrategia del primer ministro Benjamin Netanyahu de “imponer un mayor control sobre la vida de los ciudadanos (palestinos) y profundizar la anexión gradual de grandes zonas de Cisjordania”.

Pese a esa política, nuestro pueblo seguirá firme en su patria, apegado a sus legítimos derechos nacionales, afirmó.

El Ministerio responsabilizó plenamente al gobierno israelí por las repercusiones de esas acciones e instó a la comunidad internacional a romper su silencio y asuma sus responsabilidades legales y morales para detener la agresión.

Considerada un bastión de las milicias, Jenin, y su aledaño campamento, está bajo ataque israelí desde hace 16 días, en una operación que se extendió a las ciudades y aldeas vecinas.

Las autoridades palestinas acusaron a Netanyahu de trasladar a sus fuerzas desde la Franja de Gaza, tras la entrada en vigor de una tregua allí, y lanzarlas contra la Ribera Occidental.

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