Se trata de un flagelo que “siempre encuentra nuevas formas de insinuarse en nuestras sociedades, en todas las latitudes”, ante el cual “no podemos permanecer indiferentes”, señaló el Pontífice al recibir en audiencia a miembros de la red Talitha Kum, con motivo de la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas.
Francisco manifestó que “no podemos aceptar que tantos hermanos y hermanas sean explotados de manera tan innoble”, al dirigirse a los delegados de esa organización de monjas católicas con sede en Roma, establecida en 2009 por la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) con el fin de enfrentar esa tragedia.
“El tráfico de cuerpos, la explotación sexual, incluso de niños y niñas, y el trabajo forzoso son una vergüenza y una violación muy grave de los derechos humanos fundamentales”, enfatizó.
La red Talitha Kum, la cual toma ese nombre de una expresión en arameo recogida en el Evangelio de Marcos la cual significa “Doncella, a ti te digo, levántate”, convoca cada 8 de febrero a una jornada de oración en memoria de santa Josefina Bakhita, religiosa sudanesa, quien fue víctima de la esclavitud.
En su mensaje en ocasión de esta fecha, el Santo Padre pidió que “en este año jubilar, recorramos también juntos, como peregrinos de la esperanza, el camino contra la trata”.
Se preguntó “¿cómo seguir alimentando la esperanza ante los millones de personas, especialmente mujeres y niños, jóvenes, migrantes y refugiados, atrapados en esta esclavitud moderna?”
“¿De dónde sacamos un nuevo impulso para luchar contra el comercio de órganos y tejidos humanos, la explotación sexual de niños y niñas, los trabajos forzados, incluida la prostitución, el tráfico de drogas y de armas?. ¿Cómo podemos registrar todo esto en el mundo y no perder la esperanza?”
Francisco demandó asumir un “compromiso renovado que no se deje vencer por la dimensión de los problemas y los dramas, sino que se esfuerce en la oscuridad por encender llamas de luz, que juntas puedan iluminar la noche hasta que amanezca”.
Debemos, según dijo “promover con valentía y eficacia iniciativas dirigidas a debilitar y contrarrestar los mecanismos económicos y criminales que se benefician de la trata y de la explotación”.
El Sumo Pontífice instó especialmente a los representantes de los gobiernos y de las organizaciones que comparten este compromiso, a “promover iniciativas en defensa de la dignidad humana, por la eliminación de la trata de seres humanos en todas sus formas y por la promoción de la paz en el mundo”.
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