Así lo expuso el mandatario desde la Escuela de Cadetes general Francisco de Paula Santander de esta capital, donde se celebró la ceremonia de transmisión de mando del nuevo director de la Policía Nacional, general Carlos Triana.
“A mí me quieren disparar un misil, a mi avión, que se compraron los narcotraficantes y que tienen guardado por ahí. No uno sino dos misiles. Sabemos quiénes son, pero hay que actuar”, denunció el jefe de Estado.
El motivo de atentar contra su vida, según expresó, se debe a la persecución que su Gobierno tiene en contra de las grandes mafias del país.
En su alocución, el gobernante también se refirió al caso de Diego Marín, alias Papá Pitufo, a quien la Fiscalía colombiana señala de ser el cabecilla de una red delincuencial dedicada al contrabando.
Marín se encuentra retenido en Portugal, mientras se tramita su extradición, y recientemente se divulgó que este habría tenido nexos con funcionarios de alto rango, entre ellos el fallecido exministro Carlos Holmes, quien fue titular de Defensa entre noviembre de 2019 y enero de 2021, durante el mandato de Iván Duque (2018-2022).
Petro aseveró en su discurso que el accionar delictivo de Papá Pitufo data de hace 38 años, tiempo en el que ha sobornado a políticos, financiado campañas presidenciales, logrado apoyos de mandatarios y corrompido a generales, fundamentalmente de los cuerpos que tienen que luchar contra el delito.
En otro momento de su intervención pidió investigar a fondo el régimen de corrupción que se registra en el puerto de Buenaventura, en el suroeste del país, de donde salen los barcos cargados de cocaína, y por donde también entra el contrabando, según manifestó.
“El caso de Buenaventura debe tener una investigación a profundidad por la actual Fiscalía”, remarcó.
Hizo hincapié en que en ese y otros puertos del país, existe desde tiempo atrás un régimen de corrupción con participación de servidores públicos, políticos y contrabandistas que, de no eliminarse, acabará con la nación.
Aprovechó asimismo para pedir la colaboración de su equipo de Gobierno para mejorar las condiciones de vida de los más humildes.
“Necesitamos un gobierno valiente, porque si el campesinado logra tener el apoyo del Gobierno para dejar de cultivar hoja de coca, voluntariamente, y son miles y decenas de miles de campesinos los que convocados por el cambio lo hacen, pues lograrán que sus propias regiones se vuelvan pacíficas”, planteó.
De esa manera, aseveró, se logrará que en ningún rincón de Colombia la violencia vuelva a azotar.
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