Por medio de un comunicado divulgado por los medios de prensa aquí, la Oficina indicó que casi un tercio de las víctimas son niños mientras los agricultores y pastores se encuentran entre los grupos más afectados.

Explicó que desde enero de 2025, más de 60 personas perecieron y 90 resultaron heridas, muchas mientras cultivaban sus tierras o pastoreaban animales.

Ocha agregó que durante el mismo período, los socios de las Naciones Unidas lograron retirar más de mil 400 municiones sin detonar en las provincias de Idlib, Alepo, Hama, Deir Ezzor y Latakia.

Los incidentes de explosiones de minas y municiones sin detonar continúan en varias regiones de Siria, en medio de llamados para incrementar los esfuerzos para eliminar estos remanentes que amenazan la vida de los civiles.

Informes de derechos humanos habían advertido anteriormente sobre la proliferación de minas en zonas donde se produjeron batallas, y aseguraron que estos remanentes suponen un peligro constante para los residentes, especialmente para los niños, que puedan manipularlos sin darse cuenta de su peligrosidad.

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