En la declaración de la cancillería belarusa se subraya que preservar la memoria de los héroes del pasado no es sólo el homenaje, sino también la base para construir el futuro.
El respeto a la historia es un signo de fortaleza de espíritu y madurez de la sociedad, agrega el texto.
Sólo queda preguntarse dónde estarían ahora los políticos estonios y bajo qué bandera caminarían, si no fuera por la hazaña heroica del pueblo, cuyos monumentos derriban tan irreflexiva y vergonzosamente, y hacia qué futuro están conduciendo a su país, señaló la cancillería belarusa.
Previamente se conoció que los empleados del Museo Militar de Estonia destruyeron monumentos a los soldados del Ejército Rojo, que liberaron a Estonia de la ocupación nazi, en el territorio del Cementerio Militar de Tallin.
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