El ente advirtió sobre los riesgos que esto representa para la población, en particular para los que regresan a sus hogares luego de abandonarlos por temor a la violencia.
En particular la OCHA expresó preocupación por la ciudad de Walikale, en la provincia de Kivu Norte, que luego de estar bajo asedio y control de los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23), desde el 3 de abril volvió a manos del Ejército de la RDC.
“Las municiones sin detonar en zonas residenciales de Walikale Centro también representan riesgos letales para los residentes locales, incluidas las personas anteriormente desplazadas que regresan a la zona”, significó en su reporte.
Añadió que los grupos locales de la sociedad civil alertaron contra los retornos prematuros hasta que concluyan las operaciones de desminado.
Similar situación ocurre en la provincia de Kivu Sur, donde grandes cantidades de municiones sin detonar en la capital provincial, Bukavu, y en el territorio de Kalehe amenazan a las comunidades locales y desplazadas, así como a los trabajadores humanitarios.
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