“Ese panorama de la nación centroamericana se perfila con cautela para el resto de 2025, marcado por una combinación de desafíos internacionales y señales mixtas en el ámbito local, añadió la financista, citada por el diario La República.
Un factor principal que condiciona dichas expectativas –subraya la experta- es el resurgimiento de tensiones comerciales, impulsadas por la reciente aplicación de la política arancelaria del presidente estadounidense Donald Trump contra este y otros países.
Según Vásquez, Washington impone desde marzo gravámenes de hasta un 25 por ciento a importaciones clave que afectan a países como México, Canadá, China y, en menor medida, a Costa Rica, que enfrenta la conocida tarifa del 10 por ciento.
Estas medidas elevaron la presión inflacionaria global y ya se sienten en los mercados internacionales, contexto en el cual organismos como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos revisan a la baja sus proyecciones de crecimiento, precisó la analista del banco de Escocia.
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) -agregó- previó para este año un crecimiento del 4,1 por ciento y para 2026 de 4,0 por ciento, tras registrar un 4,3 por ciento en 2024 y un 5,1 por ciento en 2023.
Cifras estas que podrían ser revisadas a la baja si persisten los efectos negativos de los aranceles del 10 por ciento de Estados Unidos sobre los precios y la actividad productiva, reflexionó Vásquez.
La inflación en el país, por otro lado, muestra una trayectoria ascendente, pues la tasa interanual en febrero de 2025 fue de 1,2 por ciento, tras cerrar 2024 con una variación del 0,8 por ciento.
Para la financista, aunque aún dentro de niveles manejables, el país ya suma tres años fuera del rango meta del BCCR (de entre 2,0 por ciento a 4,0 por ciento), en tanto los grupos de alimentos y vivienda destacan como los principales impulsores del alza, debido a su peso en la canasta de consumo.
El país centroamericano –pronosticó- enfrentará un segundo semestre de 2025 con expectativas moderadas, porque, si bien la economía local mantiene una proyección de crecimiento relativamente sólida, el entorno internacional y las referidas tensiones comerciales representan riesgos significativos.
“La evolución de los aranceles, el comportamiento de los precios y la reacción del sistema financiero serán claves para definir el cierre del año”, sentenció la estudiosa del Banco de Escocia.
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