Este jueves tendrá lugar la conferencia sobre la Gesta histórica del 24 de abril de 1965 en la escuela «24 de abril», en esta capital, así como la inauguración de la exposición fotográfica «60 aniversario de la Revolución de Abril: un pueblo en armas», en el Parque Independencia, de Santo Domingo.
Hoy también quedará abierta al público la exposición bibliográfica «Revolución de Abril, letras que hicieron historia», en la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, y el politólogo argentino Atilio Borón ofrecerá la conferencia «Abril en la tradición emancipadora de América Latina y el Caribe».
La Revolución de abril fue un movimiento cívico–militar que se caracterizó por la participación activa de las masas populares, con el propósito de volver al gobierno legítimo y constitucional de Juan Bosch.
Bosch fue derrocado siete meses después de haberse juramentado como presidente constitucional, el 24 de septiembre de 1964, por una facción de las Fuerzas Armadas liderada por Elías Wessin y Wessin.
El golpe de estado ocurrió tras la proclamación de la Constitución, que establecía la libertad religiosa y de expresión, la libertad política y el derecho a la vivienda.
El gobierno de Bosh propuso reformas agrarias, sindicales y educativas que molestaron a sectores conservadores, tanto dentro como fuera del país.
El 24 de abril de 1965 militares constitucionalistas se sublevaron en los campamentos militares 16 de agosto y 27 de febrero contra el gobierno del triunvirato, presidido por Donald Joseph Reid Cabral.
Ese propio día, José Francisco Peña Gómez, desde los micrófonos de Radio Santo Domingo llamó al pueblo a lanzarse a las calles en defensa de la Constitución.
Y así ocurrió: el pueblo tomó las calles con banderas dominicanas y José Rafael Molina Ureña, quien había sido Presidente del Senado durante el gobierno de Bosh, fue juramentado como presidente provisional.
Casi de forma inmediata se anunció el restablecimiento de la Constitución de 1963 y el regreso del profesor Bosch desde Puerto Rico, pero en la base aérea de San Isidro Elías Wessin preparó la resistencia y comenzó los bombardeos al palacio presidencial y otras posiciones de los constitucionalistas.
Diario Libre recuerda hoy que «apenas dos días después del inicio del alzamiento, el presidente estadounidense Lyndon B. Johnson ordenó el desembarco de miles de marines en territorio dominicano».
«Temía, dijo el rotativo, que el conflicto desembocara en otra Cuba. La ciudad fue ocupada militarmente bajo el pretexto de proteger a ciudadanos estadounidenses, pero en realidad se trataba de frenar lo que en Washington se interpretaba como una «amenaza comunista».
De mayo a septiembre de 1965 el país contó con dos gobiernos militares: el Gobierno Constitucionalista, cuyo presidente era el coronel Francisco Alberto Caamaño, y el de Reconstrucción Nacional, a cuya cabeza estaba el general Antonio Imbert Barreras.
Tras meses de combates, la contienda finalizó en septiembre de 1965 con un acuerdo mediado por la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Héctor García Godoy fue juramentado como presidente provisional con el compromiso de convocar elecciones en nueve meses, permitir el regreso de los exiliados, además del desarme de los civiles y el retiro de los militares norteamericanos.
Destacó Listín que Francisco Alberto Caamaño, el líder militar de la revuelta, dimitió con honor en la Fortaleza Ozama, ante una multitud que lo ovacionó como un héroe.
Las elecciones de 1966 fueron ganadas por Joaquín Balaguer, antiguo colaborador del trujillato, en unos comicios, dijo el periódico de circulación nacional, manchados por la persecución política y la sombra de la intervención extranjera.
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