En una entrevista concedida a la revista Paris Match, el mandatario no detalló en qué consiste esa presión sobre Moscú, que este lunes anunció una tregua por razones humanitarias del 8 al 11 de mayo, en el contexto de las celebraciones por el 80 aniversario de la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
“No es justo que la presión se ejerza únicamente sobre Ucrania”, consideró Macron, en alusión a las recurrentes advertencias y amenazas contra Kiev del presidente estadounidense, Donald Trump, incluyendo humillaciones en un tenso encuentro con su par ucraniano, Volodymyr Zelensky, a finales de febrero en la Casa Blanca.
Trump exige a Zelensky aceptar la cesión de territorios a cambio de la paz con Rusia, lo cual atribuye a la superioridad militar en el terreno y al avance de la nación euroasiática, que insiste en que un cese de las hostilidades pasa por resolver las causas raigales del conflicto: frenar la expansión de la OTAN en el este europeo.
Según Macron, Washington está convencido de la posibilidad de aumentar las amenazas a Moscú para que acepte la paz, incluso de llegar a nuevas sanciones.
Debemos ser disuasivos, porque una parte de la ecuación depende de Rusia, esgrimió.
En sus declaraciones el presidente galo mencionó las gestiones de paz de Estados Unidos, la voluntad de Ucrania a aceptarla y el apoyo de Europa, acusando a Rusia de no acompañar tales esfuerzos.
Sin embargo, no está claro qué piensa Trump respecto a los propósitos de su homólogo francés, al tener en cuenta que el jefe de la Casa Blanca ha iniciado un diálogo directo con el presidente Vladimir Putin e impulsado negociaciones en las que Europa estuvo al margen hasta hace muy poco.
Macron y el primer ministro británico, Keir Starmer, encabezan una coalición que busca mantener el respaldo militar a Ucrania y presionar a Moscú, posturas que hasta ahora no han sido las de Washington.
Estados Unidos estima que la semana que comienza es crucial, y ha llegado a plantear que si no se materializa el fin de la guerra en curso, pasará a otras prioridades.
Por lo pronto, el papel asumido por Macron de cara al conflicto en Ucrania, así como en el tema palestino, lo han ayudado a mejorar su popularidad, después de que la misma cayera en enero a apenas un 20 por ciento del electorado, rechazo sin precedentes desde la crisis de los Chalecos Amarillos, a finales del 2018 y principios del 2019.
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