El nuevo informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) revela que la mayor parte de quienes pierden la vida al momento de migrar “no realizan viajes peligrosos por elección, sino que lo hacen por desesperación”.
Desde 2014, más de 52 mil sujetos fallecieron mientras intentaban escapar de Estados afectados por crisis, indica la pesquisa en referencia a la situación de 40 países.
Esto equivale a casi tres cuartos (72 por ciento) de todas las muertes de migrantes registradas en todo el orbe en ese período, señaló el organismo.
La cifra, precisó, incluye a más de 39 mil personas que perecieron dentro de las zonas de conflicto, con frecuencia atrapadas en condiciones inseguras; mientras otras 13 mil 500 sucumbieron cuando intentaban escapar de similares peligros o de desastres.
Al decir de la secretaria general de la OIM, Amy Pope, los datos “son un recordatorio trágico de que las personas arriesgan sus vidas cuando la inseguridad, la falta de oportunidades y otros factores de presión las dejan sin opciones viables o seguras en su lugar de origen”.
Debemos invertir en la creación de estabilidad y oportunidades dentro de las comunidades, de modo que la migración sea una opción y no una necesidad, opinó.
“Y cuando quedarse ya no es posible, debemos trabajar juntos para permitir que haya vías seguras, legales y ordenadas que protejan las vidas”, remarcó la funcionaria.
Más de la mitad (54 por ciento) de los decesos registrados desde 2014 ocurrieron en o cerca de países con situaciones de conflictos o desastres, puntualizó la publicación, que incluye información gráfica sobre el tema.
A pesar de la escala de las crisis, los migrantes son comúnmente pasados por alto en las planificaciones humanitarias, lamentó la entidad.
“Con mucha frecuencia los migrantes son ignorados”, dijo coordinadora del Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM y autora del informe, Julia Black.
Por las brechas en materia de datos, en especial en zonas de guerra y en áreas de desastre, el saldo real de muertes posiblemente sea mucho más alto que el registrado, reconoció la experta.
Según el documento, la OIM urge a los Estados y asociados humanitarios a que trabajen juntos para garantizar que los migrantes no sean excluidos de las respuestas a las crisis.
Eso significa expandir las vías legales, mejorar el acceso a asistencia y cuidados de la salud e invertir en sistemas de datos que permitan rastrear mejor y proteger a quienes corren peligro. La OIM demandó, en síntesis, “una acción colectiva inmediata”.
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