El expresidente de Uruguay “fue guerrillero, vivió en la clandestinidad y llegó a ser presidente: su vida austera y su manera de hacer política lo convirtieron en un referente mundial”, destaca esta tarde el diario El Cronista en su versión digital tras conocerse la noticia.
Mujica, referente del Frente Amplio, se encontraba en grave estado debido a un cáncer de esófago que le diagnosticaron en 2024 antes de fenecer a los 89 años de edad.
Los medios igualmente se hacen eco del mensaje en las redes sociales del actual dignatario uruguayo, Yamandú Orsi: «Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”.
Guerrillero, político y agricultor, Mujica se desempeñó como presidente del país sudamericano desde el 1 de marzo de 2010 hasta el 1 de marzo de 2015. Cuando accedió a la primera magistratura fue reconocido como «un hombre componedor» y podía seducir tanto a los empresarios como a la oposición.
También demostró ser un importante articulador entre los distintos sectores del Frente Amplio representados en el gabinete de Tabaré Vázquez, cuando ocupó la cartera de Ganadería de 2005 a 2008, recuerda Minuto1.
Pepe Mujica no vestía traje -algo que comenzó a hacer durante la campaña electoral aunque sin corbata-, se expresaba en un lenguaje llano y popular; carecía de título universitario, sin embargo el pueblo uruguayo valoró su voluntad, así como su capacidad de dialogar y escuchar.
Entre las apostillas destacables de su gestión, se recuerda que terminó herido cuando ayudaba a un hombre a reparar el techo de su vivienda tras un temporal, así como el susto que le dieron cuando le diagnosticaron una trombosis pero después la descartaron, todo esto en 2012.
Mujica fue uno de los motores de la inserción de los tupamaros en el sistema político y de su ingreso a la coalición de izquierda Frente Amplio en 1989.
Fue el primer tupamaro en ingresar a la Cámara de Diputados en 1995. Llegó por primera vez al Palacio Legislativo en una moto Vespa, vestido informalmente, y un policía que custodiaba el ingreso le preguntó: «¿Va a demorar mucho, Don?» «Yo trabajo aquí», fue la respuesta de Mujica, recogen los medios en sus respectivos epílogos.
En 2000 ingresó al Senado junto con el también ex líder tupamaro Eleuterio Fernández Huidobro.
Vivió en la clandestinidad desde 1969, participó en una masiva fuga de 111 presos en setiembre de 1971. Fue preso político de la dictadura (1973-1985) hasta su liberación junto a otros compañeros en 1985 en el marco de una amnistía.
Durante sus días en la cárcel fue sometido a un aislamiento absoluto y tratos particularmente inhumanos, Mujica luego confesó que en aquellos años padeció trastornos psiquiátricos y que llegó «a hablar con las hormigas».
Casado con la extupamara Lucía Topolansky, Mujica no se mudó a la residencia presidencial y continuó viviendo en su chacra de Rincón del Cerro, donde plantaba flores y otros cultivos.
Conquistó al mundo con su vida espartana y su prédica contra el consumo, sorprendió con la regulación del mercado de la marihuana y al acoger refugiados sirios.
La Gaceta subraya en particular una frase que expresó en una entrevista: «En mi jardín hace décadas que no cultivo el odio… el odio nos destruye».
arc/mh