En una votación realizada la víspera, el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes desechó la polémica iniciativa remitida por el gobierno de Donald Trump, que proponía aplicar un impuesto del cinco por ciento a esos envíos de dinero.
Fernández precisó que los trabajadores migrantes ya contribuyen con tributos en Estados Unidos sin recibir beneficios sociales, y subrayó que más del 80 por ciento de sus ingresos permanece en la economía norteamericana.
“El Gobierno de la presidenta Xiomara Castro está comprometido con la defensa de nuestros compatriotas en el exterior. Ellos sostienen, con su trabajo, la economía de Estados Unidos y el bienestar de miles de familias hondureñas”, enfatizó el secretario de Estado.
En su opinión, “esta es una derrota más para los apátridas que nos atacan y desean el mal a sus propios compatriotas”, en alusión a las críticas de los partidos opositores Nacional y Liberal contra el ejecutivo de Castro.
Hizo un llamado a la sensatez y condenó a algunos voceros de esas agrupaciones políticas que, según su criterio, promueven medidas en contra de los migrantes.
“Las remesas son fruto del trabajo honesto de quienes contribuyen tanto en sus países de origen como al desarrollo de Estados Unidos de América y ya pagan sus impuestos, era un doble tributo sin lugar a dudas inconstitucional”, afirmó Rasel Tomé, vicepresidente del Congreso Nacional (Parlamento). Según cifras del Banco Central de Honduras, las remesas familiares en 2024 sumaron nueve mil 743 millones de dólares, por encima de los nueve mil 177 millones de 2023.
Representan un 25 por ciento del Producto Interno Bruto y son la primera fuente de divisas de esta nación centroamericana, por delante de exportaciones como el café, los productos de la maquila (industria ensambladora), el camarón y otros.
Autoridades financieras auguran que para 2025 los ingresos por ese concepto podrían rebasar los nueve mil 800 millones de dólares.
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