Esta medida representa un momento crucial y el comienzo de un nuevo capítulo en las relaciones sirio-europeas, basado en intereses compartidos y respeto mutuo, indicó la Cancillería por medio de una declaración difundida ampliamente por la prensa siria.
Agregó que el levantamiento de estas medidas refleja un compromiso jurídico y diplomático de apoyar la transición de Siria hacia un futuro basado en la estabilidad, los derechos humanos, la recuperación económica y la cooperación internacional.
La nota aclaró que los esfuerzos diplomáticos sirios, apoyados por intensas campañas de divulgación en las capitales europeas, han desempeñado un papel fundamental para la toma de esta decisión y allanar el camino para nuevas asociaciones, basadas en la confianza, la transparencia y la cooperación.
Con tal paso, se abren nuevas perspectivas para la cooperación y para que los sirios en Europa regresen y contribuyan activamente a la reconstrucción y el desarrollo de su país, destacó el Ministerio.
Esta medida también ofrece una oportunidad más amplia para mejorar la cooperación política y de seguridad entre Siria y Europa, garantizando el beneficio mutuo para ambas partes.
El comunicado también afirma la disposición de Damasco a fortalecer la cooperación con las empresas y los inversores europeos y crear un entorno propicio para la recuperación económica y el desarrollo sostenible.
«Europa siempre ha sido un socio del pueblo sirio, ya sea a través de su ayuda humanitaria, su papel en la acogida de refugiados o su compromiso con los principios de justicia. Hoy, lo que Siria necesita más que nunca son amigos, no obstáculos. Buscamos socios reales para reconstruir nuestras ciudades, reconectar nuestra economía con el mundo y sanar las heridas del conflicto», concluyó la fuente.
La alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, Kaja Kallas, anunció la víspera que los cancilleres del bloque llegaron a un acuerdo para levantar todas las sanciones económicas a Siria, y advirtió que la decisión del ente comunitario es “reversible y está condicionada también al progreso”.
El bloque europeo se une así a Estados Unidos, cuyo presidente Donald Trump anunció una medida similar durante su gira por Medio Oriente.
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