Las flautas están datadas hace más de 42 mil años, y no solo han resistido el paso del tiempo, sino que conservan su funcionalidad, de acuerdo con arqueólogos de la Universidad de Tübingen y la Universidad de Oxford involucrados en la investigación.
Según la fuente este descubrimiento representa uno de los testimonios más antiguos conocidos de actividad musical y expresión simbólica en la humanidad.
Estas flautas prehistóricas corresponden al periodo auriñaciense, la primera cultura plenamente asociada a humanos anatómicamente modernos en Europa, surgida al término de los últimos fríos intensos conocidos como el evento Heinrich 4.
Su existencia confirma que la capacidad para crear arte, música y probablemente rituales sociales ya estaba muy desarrollada cuando todavía convivían en Europa Homo sapiens y neandertales.
También la región de Jura de Suabia, donde se localiza Geißenklösterle, se considera uno de los epicentros de lo que algunos investigadores han denominado la «Kulturpumpe» de Europa: un foco de innovación simbólica y tecnológica que irradió avances culturales hacia el resto del continente.
No solo se han hallado instrumentos musicales en la zona, sino también esculturas de marfil, figuras zoomorfas talladas, ornamentos personales y otros signos de un pensamiento simbólico avanzado, según la fuente.
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