La baja se da en un contexto de creciente inestabilidad financiera, mientras el gobierno de Javier Milei renegociaba con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y círculos económicos y financieros estaban a la expectativa de lo que iba a suceder con el esquema cambiario.
La desaceleración ya venía siendo anticipada por distintos indicadores privados. En marzo, la producción de automóviles se desplomó 22,6 por ciento mensual, los despachos de cemento cayeron 12,9 puntos y la fabricación de hierro bajó 11,9.
También se registraron caídas en la demanda eléctrica y en la cantidad de escrituras en la Ciudad de Buenos Aires.
A pesar del freno en marzo, los datos interanuales siguen mostrando ligero crecimiento gracias a la baja base de comparación del año pasado. En ese sentido, el EMAE indica que el PIB creció 5,6 por ciento en relación con marzo de 2023 y acumuló en el primer trimestre del año una suba del 6,1.
Este rebote estuvo impulsado principalmente por el comercio (+9,3), la intermediación financiera (+29,3) y la industria manufacturera (+4,2 por ciento).
Desde el FMI su directora, Kristalina Georgieva volvió a expresar apoyo al programa económico del gobierno de Milei, reconocío los efectos iniciales del plan en los mercados financieros, aunque expresó preocupación por los desafíos internos, en referencia a los procesos electorales en marcha.
En conferencia en Washington –describe el diario Ámbito Financiero- Georgieva previó que un deterioro del contexto internacional afectaría también a Argentina.
El FMI selló un nuevo acuerdo con el Gobierno y estos comentarios refuerzan el monitoreo constante del organismo sobre el país en medio de un año electoral que podría poner a prueba la continuidad de las políticas impulsadas desde la Casa Rosada, comenzó por su parte el portal de noticias MinutoUno.
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