En su mensaje, publicado en el sitio oficial de la Presidencia de la República, Mattarella se refirió al “feroz y sangriento ataque” del 23 de mayo de 1992 contra ese magistrado antimafia, al cual siguió el del 19 de julio contra el también juez Emanuele Borselino, que calificó “entre las heridas más profundas de nuestra historia republicana”.
“El primer pensamiento, tan conmovedor hoy como entonces, se dirige a los que perdieron la vida”, dijo, al referirse a Falcone y su esposa, la también magistrada Francesca Morvillo, así como a los agentes Antonio Montinaro, Rocco Dicillo, Vito Schifani.
Sus muertes, según dijo, están ligadas a las de Borsellino y demás víctimas de la posterior masacre de Via d’Amelio, Palermo, entre ellas Emanuela Loi, Agostino Catalano, Walter Eddie Cosina, Vincenzo Li Muli, Claudio Traina, “servidores del Estado, a quienes la mafia mató con una violencia brutal para someter a la comunidad civil”.
Esas tragedias generaron un resurgimiento de la sociedad y de las instituciones, refiere la nota del presidente italiano, quien apuntó que esas masacres evidenciaron “la amenaza a la libertad de todos los ciudadanos” por lo que “la lucha contra la mafia se intensificó”.
Desde entonces, esar organizaciones criminales sufrieron golpes muy duros, “pero el trabajo de erradicación debe continuar, teniendo en cuenta sus transformaciones, los nuevos vínculos con las actividades económicas y financieras, zonas grises que se forman donde el compromiso cívico deja paso a la indiferencia”, aseveró.
“En la memoria viva de Falcone y Borsellino, el 23 de mayo se ha convertido en el Día de la Legalidad, porque es necesario mantener siempre alta la vigilancia, involucrando a las nuevas generaciones en la responsabilidad de construir un futuro libre de ataduras criminales”, agregó Mattarella en su declaración.
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