Las acciones de grupos de criminales bien pertrechados fueron contra agentes de ese cuerpo y también contra la Fuerza Pública, lo cual enciende las alarmas sobre el creciente nivel de violencia del crimen organizado en el país, publicó el canal Teletica.com.

El último ataque fue el martes, cuando un vehículo en el que viajaban agentes del OIJ fue blanco de disparos, en medio de una escalada de balaceras cuyo peor momento fue el asesinato el 31 de enero del subjefe de esa entidad en la localidad centro-oriental limonense de Pococí, Geiner Zamora.

Los tiroteos contra los uniformados incluyeron una emboscada a una delegación del OIJ en Matina, también en la conflictiva provincia de Limón, y otro a un vehículo oficial en el distrito capitalino Tirrases de Curridabat, este último con saldo de un agente fallecido y otro herido grave.

“Cada vez se registran más ataques contra los cuerpos policiales, incluso cuando los delincuentes no tienen claro si se trata de un vehículo oficial o no», advirtió el director del OIJ, Rándall Zúñiga.

Por su parte, el experto en seguridad Mauricio Gómez consideró que este fenómeno refleja un preocupante avance del crimen organizado en la sociedad costarricense.

“El país debe mantenerse en alerta y responder con firmeza”, señaló el especialista, mientras el exfiscal contra el crimen organizado César Torres comentó que “ya no hay respeto hacia la figura de autoridad”.

Según los oficiales, el OIJ fue durante años el pilar que imponía respeto a las organizaciones criminales, pero eso se perdió ahora, por lo cual es urgente dotar a las fuerzas policiales de mejor equipo, mayor capacitación y más recursos para enfrentar los nuevos niveles de amenaza.

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