“Lo que sí representa un verdadero riesgo es la incapacidad de la propia UE para proteger sus intereses, su economía y hasta su dignidad”, declaró el Ministerio venezolano para Relaciones Exteriores.
El texto afirmó que una burocracia anacrónica, envejecida y desconectada de su gente pretende hoy tutorar a Venezuela, cuando ni siquiera puede gobernar con coherencia su propio espacio.
Denunció que “tienen bancos lavando dinero en sus propias capitales, funcionarios que miran para otro lado, y paraísos fiscales que operan con total impunidad dentro de sus fronteras o bajo su amparo”.
La Cancillería señaló que la República Bolivariana, por el contrario, es una economía en crecimiento, con estabilidad política y con instituciones que responden a su pueblo, no a intereses financieros ni a lobbies de turno.
“Hemos enfrentado bloqueos, sanciones, intentos de aislamiento, y aquí estamos: más sólidos, más firmes, y sin doble moral”, subrayó.
Lo que molesta a la élite decrépita europea no es el riesgo, sino la verdad: que hay países del Sur que ya no agachan la cabeza, que no aceptan tutelajes, y que no están dispuestos a entrar en las listas de los obedientes, manifestó la nota oficial.
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