Las 250 víctimas de ese flagelo desde 2016 hasta la fecha incluyen a 167 mujeres que tenían hijos, 249 de ellos menores de edad, según el Observatorio de Violencia de Género contra las Mujeres y Acceso a la Justicia del Poder Judicial.

“Nos dimos a la tarea de monitorear bien estos datos y detrás de cada femicidio no es solo una persona cuya vida ya no está, sino todo el impacto que esa muerte trae a todo el seno familiar y comunal”, añadió la coordinadora de esa institución, Dixie Mendoza.

«Chequeamos si los hijos que pierden a sus madres –agregó- continúan en las escuelas, cómo se les atiende a nivel de salud y si se les da apoyo económico y visibilizamos en dónde se necesitan acciones y abordajes».

Los menores en proceso de desarrollo cuando perdieron a su madre estaban en escuelas y tenían un futuro que se vio truncado con todo lo que eso significa; y son una data muy importante para que las instituciones involucradas en estos temas puedan tomar las medidas correspondientes, explicó la representante del Observatorio de Violencia de Género.

El organismo precisó que solo en los meses transcurridos del presente año murieron 18 féminas a causa de ese flagelo, 14 de las cuales eran madres, a quienes hoy lloran 25 hijos.

oda/apb