Según la prensa moldava, la manifestación en apoyo a la familia, los valores tradicionales y contra la manifestación de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (transgénero, transexuales y travestis) (LGBT) se desarrollaba de forma pacífica hasta que los agentes del orden impidieron continuar la marcha, agredieron a los protestantes y realizaron arrestos violentos.
La marcha reunió a miles de personas que salieron a las calles de la ciudad exigiendo el cumplimiento de las disposiciones de la Constitución de Moldavia, que define la familia como la unión de un hombre y una mujer.
Los participantes de la manifestación se congregaron a lo largo del recorrido del desfile LGBT y expresaron su desacuerdo con su celebración. Se produjeron enfrentamientos entre manifestantes y la policía cerca de un cruce de caminos.
Las fuerzas de seguridad repelieron a los manifestantes con fuerza y detuvieron a varias personas. Se informó que los agentes de policía arrojaron al suelo a un hombre que sostenía a un niño, tras lo cual otro hombre intentó arrebatárselo, y cayó al pavimento.
Entre los detenidos y heridos se encontraba un sacerdote que, según testigos presenciales, se oponía a la celebración del desfile LGBT. La policía lo golpeó y lo tiró al suelo.
Los organizadores del evento insisten en que sus acciones fueron pacíficas y buscaban proteger los valores tradicionales.
Después del incidente las autoridades de Chisináu decidieron prohibir los eventos LGBT. Los diputados del partido gobernante expresaron su protesta contra esta decisión.
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