Durante su discurso en la Avenida Paulista, Bolsonaro también negó su participación en un intento de golpe de Estado, mientras el Supremo Tribunal Federal (STF) se prepara para emitir fallo en un proceso judicial clave contra él.
El exmandatario repitió la versión de que la invasión a las capitalinas sedes de los Tres Poderes fue «una acción orquestada por la izquierda» y alegó que todo fue destruido antes de llegar las personas, quienes «estaban pacíficamente acampadas frente al cuartel general del Ejército en Brasilia».
Afirmó, además, que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva había salido intencionalmente de la capital un día antes, «porque sabía lo que iba a pasar».
Las imágenes y videos registrados en la fecha contradicen esta versión, pues cientos de simpatizantes adeptos del político ultraderechista marcharon desde el cuartel hasta la Explanada de los Ministerios.
Tal acción tuvo respaldo pasivo de fuerzas policiales y documentaron ellos mismos la destrucción de edificios públicos, exigiendo una intervención militar tras la asunción de Lula.
Bolsonaro, uno de los acusados formales en el STF por intentar revertir el resultado electoral, manifestó que lo procesan por una «falsa narrativa» y comparó el caso con una «fumaça de golpe» (humo de golpe).
«¿Qué golpe es ese donde no se incautaron armas? ¿Dónde están las pruebas? Solo encontraron un tirapiedras y bolas», ironizó.
Sin mencionar directamente a los magistrados, atacó duramente al STF y al Tribunal Superior Electoral, y denunció que los opositores no buscan justicia, sino eliminar a sus adversarios.
Refirió, asimismo, que hizo una «transición pacífica» al dejar el poder y que incluso nombró comandantes militares a pedido del propio Lula.
La amnistía es el camino de la pacificación, repitió el excapitán del Ejército, quien pidió a sus seguidores que garanticen mayoría legislativa en las elecciones de 2026.
«Si conseguimos el 50 por ciento de la Cámara (de Diputados) y del Senado, cambiamos el destino del Brasil. No importa si yo estoy aquí o más allá», dijo, insinuando su permanencia como figura central del movimiento, aunque se encuentre fuera del país o inhabilitado.
Bajo el lema Justicia Ya, la manifestación se realizó en medio del proceso decisivo del STF que puede declarar culpable al exgobernante (2019-2022) por haber alentado o participado en la planificación de un complot golpista.
El juicio en curso podría significar la inhabilitación política de Bolsonaro e incluso abrir caminos para una eventual condena penal.
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