El anuncio sobre la venta de las terminales de Balboa, en el Pacífico; Cristóbal, en el Atlántico, en ambos extremos del Canal de Panamá, ha sido eje de las diferencias entre el istmo y Estados Unidos, tras las amenazas del presidente Donald Trump de retomar el control de la vía interoceánica, bajo supuesta injerencia china, lo cual han desmentido sus autoridades.
La víspera venció el plazo para que CK Hutchison vendiera sus operaciones y concesiones portuarias valoradas en casi 23 mil millones de dólares, aunque es posible que se extienda el plazo para continuar las negociaciones exclusivas.
BlackRock cuenta con el aval del magnate republicano para la compra de Panama Ports Company (PPC), perteneciente a CK Hutchinson Port Holdings Ltd,
De esa manera, el consorcio estadounidense se quedaría con 43 puertos, 199 atracaderos ubicados en 23 países, junto con otros recursos de gestión de operaciones, sistemas operativos de terminales, y otros sistemas y activos relacionados.
Al parecer de Trump, en Panamá la concesión fue una victoria en su afán de apoderarse del Canal o al menos desterrar la presencia del país asiático.
Al respecto, el gobierno de José Raúl Mulino afirmó que la venta por parte de una empresa china a una estadounidense de dos puertos en esa ruta fluvial, es un trato “entre compañías privadas”.
Sobre este complejo asunto, diversos analistas consultados por Prensa Latina alertan sobre lo que realmente está en juego: los intereses geopolíticos y el inicio de una nueva etapa de la guerra comercial entre Washington y Beijing.
Esta situación cambiaría el panorama del comercio global y reconfiguraría la competencia en un sector que se considera altamente rentable y extremadamente difícil de ingresar.
El negocio portuario es uno de los más codiciados a nivel mundial debido a su capacidad de generar ingresos estables a largo plazo y las altas barreras de entrada, que incluyen costos de infraestructura, regulaciones estrictas y la necesidad de concesiones gubernamentales a largo plazo.
Es por eso que la venta de una cartera tan grande de puertos en una sola transacción no solo es inusual, sino que representa una oportunidad única para BlackRock y sus socios de consolidar su presencia en ese negocio.
En marzo último, la Cancillería china respaldó en un comunicado la decisión de la Administración Nacional de Regulación del Mercado, de revisar la venta de activos portuarios de Cheung Kong Holdings al consorcio estadounidense BlackRock, un acuerdo que también debe contar con la aprobación del gobierno de Panamá.
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