Durante una sesión de diálogo con académicos, dirigentes políticos, miembros de sindicatos y notables de la provincia de Idlib, el mandatario destacó que Siria atraviesa una nueva etapa en la que la prioridad actual es consolidar la unidad nacional.

Quienes piden la partición de Siria son políticos ignorantes y soñadores. La sociedad siria no se presta a esa división y rechaza de manera categórica cualquier intento en ese sentido”, subrayó.

El jefe de Estado precisó que la indivisibilidad del territorio y la limitación del uso de las armas al Estado son principios que no están sujetos a negociación y son apoyado regional e internacionalmente.

Al-Shara sostuvo que “no existen riesgos reales de partición”, aunque advirtió sobre intentos de crear cantones locales, lo cual consideró inviable.

Argumentó que cambiar los mapas actuales a escala mundial es un proceso complejo y riesgoso, recordando ejemplos como el de Sudán del Sur.

Asimismo, denunció la injerencia de actores internacionales que, según señaló, buscan debilitar la fortaleza de Siria mediante ataques a su unidad interna. En este sentido, criticó la dependencia de ciertos grupos con Israel, calificándola de “muy difícil e insostenible”.

En el plano económico, reconoció las limitaciones de la reconstrucción debido a sanciones, reducción de ingresos estatales, depreciación de la moneda y caída de la producción agrícola.

No obstante, anunció la creación de un “Fondo de Desarrollo” para recaudar aportes de sirios en el país y en el exterior, con el objetivo de evitar préstamos externos que restrinjan la soberanía nacional.

Según adelantó, en los últimos siete meses se registraron inversiones extranjeras directas por 28 mil 500 millones de dólares, cifra que podría superar los 80 mil millones a finales de año.

Al-Shara concluyó que Siria dispone de “una gran oportunidad” para liderar en la región, siempre y cuando fortalezca su base más importante que es la unidad nacional.

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