De acuerdo con el texto, la medida busca unificar los esfuerzos para garantizar la seguridad interna en esa región del sur de Siria, mediante la organización de operaciones de patrullaje, protección de fronteras y prevención del contrabando y la infiltración de elementos armados.
Las milicias firmantes subrayaron su compromiso con las orientaciones del líder espiritual de la comunidad drusa, jeque Hikmat al-Hijri, a quien consideran su “representante legítimo y autorizado”.
Cadenas locales informaron que entre las tareas asignadas a esta estructura armada figuran también el resguardo de las zonas desérticas de la provincia y la coordinación con actores regionales e internacionales, en una aparente búsqueda de respaldo logístico y político.
Además, se señaló la intención de institucionalizar la labor militar y de seguridad, con miras a su futura incorporación a la estructura oficial del Estado.
La declaración se produce semanas después del cese de hostilidades registrado en Sweida el pasado 19 de julio, tras una semana de enfrentamientos armados que dejaron varias víctimas fatales.
En ese contexto, Damasco reiteró su rechazo a las injerencias extranjeras y denunció que Tel Aviv continúa utilizando como pretexto la supuesta “protección de los drusos” para justificar sus acciones militares dentro del territorio sirio, lo que constituye, según las autoridades, una violación del Acuerdo de Separación de Fuerzas de 1974.
El actual gobierno sirio había manifestado su disposición al diálogo y la estabilidad, pese a las reiteradas agresiones de Israel, que han dejado muertos entre la población civil y daños materiales significativos, incluyendo la destrucción de vehículos e instalaciones militares.
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