Según declaraciones de la Defensa Civil Siria, los equipos de extinción enfrentan serias dificultades para avanzar, producto de las municiones sin detonar que aún persisten en la zona y que ponen en riesgo directo la seguridad del personal desplegado.

Las autoridades indicaron que, pese a los desafíos, se logró contener parte de los focos activos, mientras se hacen esfuerzos para evitar la propagación hacia áreas habitadas.

La víspera, al menos cuatro bomberos resultaron heridos, dos de ellos con quemaduras de gravedad, uno por asfixia y otro con problemas respiratorios durante las operaciones de extinción.

La Defensa Civil confirmó que las labores continúan a máxima capacidad, con refuerzos trasladados desde otras provincias sirias, en un esfuerzo por controlar el avance del fuego antes de que llegue a áreas residenciales.

De manera simultánea, se reportan otros incendios de gran magnitud en Ain al-Ghazal, en la región de Jabal al-Akrad, así como focos intermitentes en Wadi Al-Nasara, donde las llamas han llegado peligrosamente cerca de viviendas civiles, según informó el Ministerio de Emergencias y Gestión de Desastres.

Estos incendios se desarrollan en un contexto de condiciones meteorológicas adversas, con fuertes vientos que avivan los focos activos, y una geografía escarpada que limita el acceso de los equipos de tierra, en una región ya afectada por años de conflicto armado.

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