Instituido desde inicios del siglo XX en homenaje al científico sueco Alfred Nobel (1833-1896), reverencia a personalidades de las ciencias exactas, fisiología y medicina, así como en literatura, política, economía, psicología y sociología.
El holandés Jacobus Henricus van’t Hoff encabeza la lista de laureados el primer año del siglo XX por su descubrimiento de las leyes de la dinámica química y de la presión osmótica en soluciones.
América Latina está presente en estos premios desde 1970, con el biólogo argentino de ascendencia francesa Luis Federico Leloir, descubridor de los nucleótidos del azúcar y su función en la biosíntesis de carbohidratos.
Otro latinoamericano, el mexicano Mario Molina fue galardonado en 1995 junto al norteamericano Frank Sherwood Rowland y el holandés Paul J. Crutzen, por sus aportes a la química de la atmósfera, de manera especial sobre la formación y descomposición del ozono.
En química una misma personalidad científica conquistó el lauro dos veces: el británico Frederick Sanger en 1958 por su trabajo sobre la estructura de las proteínas.
Acompañado de sus colegas estadounidenses Paul Berg y Walter Gilbert mereció el premio 22 años más tarde por su investigación sobre la bioquímica de los ácidos nucleicos y por su cuidadoso estudio del ADN híbrido.
Como es habitual en la primera semana de octubre, fue otorgado la víspera el Nobel de Física, esta vez a los estadounidenses John Clarke, Michel H. Devoret y John M. Martinis por el descubrimiento del efecto túnel mecánico cuántico macroscópico y la cuantificación de la energía en un circuito eléctrico.
El lunes último la Real Academia de las Ciencias de Suecia anunció el Nobel de Medicina y Fisiología, concedido a los científicos estadounidenses Mary E. Brunkow, Fred Ramsdell y el japonés Shimon Sakaguchi por sus descubrimientos relacionados con la tolerancia inmunitaria periférica, un mecanismo esencial que protege al organismo de enfermedades autoinmunes mediante la regulación del sistema inmunitario.
El lauro a mujeres es poco frecuente en estos premios, sin embargo química ha distinguido a siete de ellas: Marie Curie, Irène Joliot-Curie (1935), Dorothy Crowfoot Hodgkin (1964), Ada E. Yonath (2009), Frances Arnold (2018), Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna (2020).
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