El martes el mandatario argentino festejó finalmente su visita a la Casa Blanca donde no tuvo la cumbre bilateral soñada, pero si un almuerzo ampliado con equipos de ambas partes.

Allí se confirmó el salvataje de 20 mil millones de dólares, aunque al decir el presidente Donald Trump que la ayuda está sujeta a que gane las elecciones, el anunció no tuvo el efecto propagandístico electoral deseado, y al día siguiente Bessent salió a prometer más: ahora serían 40 mil millones…

Pero todo eso queda en la “timba” del mercado financiero y monetario en el cual los grandes ganadores son grupos financistas de Wall Street, fondos de cobertura y otros amigos de Bessent de cuando era gran inversor de George Soros, inmediatamente señalaron analistas argentinos y estadounidenses, realidad que reflejó The New York Times.

El propio Bessent lo expresó a periodistas en Washington: «Estamos trabajando en una facilidad de 20 mil millones que estaría junto a nuestra línea de ‘swap’ (intercambio de monedas), con bancos privados y fondos soberanos (extranjeros) que, creo, apuntarían más al mercado de deuda».

Y ahí Argentina sufre, advirtieron los economistas entrevistados en varios canales pues es dinero que entra y se va, no se emplea para inversión directa en el desarrollo industrial ni productivo del país, que son los resortes reales del crecimiento de una nación, y queda el endeudamiento.

“A menos de 24 horas del encuentro con Trump en la Casa Blanca, Scott Bessent tuvo que salir nuevamente a apagar el fuego para que Milei y su ministro de Economía Caputo lleguen sin escándalo a las elecciones”, señala este jueves el diario Página12.

“Usó sus armas predilectas: volvió a vender dólares para frenar la nueva escalada y a prometer otros 20 mil millones sin ofrecer ninguna precisión sobre cómo se haría y qué habrá que entregar a cambio”, redondeó el articulista Raúl Dellatorre.

Y añadió: “El jefe del Tesoro norteamericano, en sintonía con Caputo y Milei, ignora la crisis argentina y apuesta a mejorar expectativas con promesas”.

Sin embargo, el nuevo ofrecimiento de Bessent resultó efectivo unas horas en el “trading” del miércoles, pues al final de la jornada volvió a devaluarse el peso ante un dólar que sigue escalando como muestran este jueves las diversas tasas de cambio. “Sus promesas ya no convencen”, recalca Dellatore.

Varios analistas y comentaristas coinciden con Dellatore al señalar que “ya nadie espera en la plaza local que las intervenciones puntuales o las promesas de mega ayudas tengan un efecto mínimamente duradero”.

Todo apunta que más que un rescate financiero, es un salvataje electoral por intereses geopolíticos y militares de Washington.

Página12 cita al expresidente del Banco Central Alejandro Vanoli quien alertó que “No hay ningún megapaquete financiero que te solucione una mala política económica”. Recordó que el régimen financiero, cambiario y comercial está generando un desequilibrio en las cuentas externas casi desde el inicio del actual gobierno.

“Hasta ahora, el único aporte concreto de Estados Unidos han sido las intervenciones en el mercado cambiario para frenar la suba del dólar, eso te resuelve las operaciones del día pero no el desequilibrio permanente, porque siguen sin entrar dólares por el lado de las exportaciones y la producción», advirtió.

Empresarios aliados de Milei se lo señalaron en el foro IDEA –muy conservador por cierto- que está por terminar en Mar del Plata: Por un lado, el “stablishment” reclama un plan que incluya la economía real para garantizar la gobernabilidad y, por el otro, asegura que la deuda infinita de Caputo es simplemente insostenible.

Interesante resultó la entrevista que concedió anoche Milei al canal A24. El conductor Eduardo Feinmann le preguntó cómo resolverá la crisis de que el 90 por ciento de las familias argentinas está endeudada; el 80 por ciento no llega a fin de mes y el 60 por ciento no llega a mitad de mes.

El presidente le respondió: “No sé, dígamelo Ud”. A lo que el periodista replicó: “Pero Ud es el economista que dijo que resolvería los problemas de la economía con dinero o sin dinero”.

No hubo respuesta.

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