Arnol Caleb Hernández, de apenas cinco años, murió el pasado domingo cuando el imputado abrió fuego en repetidas ocasiones contra un vehículo que transportaba a simpatizantes del gobernante Partido Libertad y Refundación (Libre).

De acuerdo con la investigación, al ahora detenido se le acusa de ser el principal sospechoso de quitarle la vida al pequeño y dejar herida a una menor de 14 años, cuando ambos regresaban junto a sus familiares tras participar en una concentración política de Libre.

En un comunicado, la Fiscalía indicó que Hernández enfrentará cargos por asesinato y asesinato en grado de ejecución de tentativa.

El ente acusador del Estado reiteró su compromiso de impulsar las acciones necesarias para esclarecer el caso y garantizar el debido proceso, y afirmó que actuará conforme a la ley en defensa de la sociedad hondureña.

Líderes comunitarios advirtieron que este ataque refleja un aumento de la violencia por algunos actores afines a los derechistas partidos Nacional y Liberal, a escasos 12 días de las elecciones generales del 30 de noviembre, en las que el oficialismo parte como favorito.

Tras exigir una investigación exhaustiva para identificar a los responsables, el excanciller de Honduras Enrique Reina condenó enérgicamente el hecho y lo calificó como un ataque dirigido contra Libre.

Candidato a vicepresidente en los cercanos comicios, Reina afirmó que el crimen reproduce patrones históricos de grupos violentos vinculados al golpe de Estado de 2009 contra el entonces presidente y líder de la formación gobernante, Manuel Zelaya.

Dirigentes de Libre opinaron que la derecha ha sido históricamente violenta, aún más cuando los modelos democráticos con que buscan ganar elecciones no les funciona, enfatizaron.

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