En sus palabras ante las más de ocho mil personas asistentes a ese evento, efectuado la víspera en la Sala Pablo VI, del Vaticano, el Santo Padre destacó “el inestimable valor de la música: no un lujo para unos pocos, sino un don divino accesible a todos, ricos y pobres”, señala una nota de la oficina de prensa de la Santa Sede.

Por primera vez un pontífice participó en este espectáculo, nacido “del corazón del papa Francisco”, según expresó León XIV, organizado por el Dicasterio para el Servicio de la Caridad, con la dirección artística del monseñor Marco Frisina, en el cual participaron el Coro de la Diócesis de Roma y el cantante canadiense Michael Bublé.
Bublé interpretó su famosa canción Feeling Good y otras como Bring It On Home to Me, Always On My Mind, y su versión de Don’t Get Around Much Anymore, con la que rindió homenaje al compositor estadounidense Duke Ellington, así como temas navideños, pero el momento culminante de su actuación fue su canto del Ave María, en latín.

Durante el concierto, tras el cual se ofreció una cena para más de tres mil personas en situación de necesidad, el Obispo de Roma significó que “¡Sí, la música puede elevar nuestras almas!”.
Puede hacerlo “no porque nos distraiga de nuestras miserias, porque nos aturda o nos haga olvidar los problemas o las situaciones difíciles de la vida, sino porque nos recuerda que somos más que eso: somos mucho más que nuestros problemas y nuestras dificultades”, enfatizó el papa León XIV.
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