Con más de 420 millones de clientes individuales, este banco cubre 31 provincias, ciudades y regiones autónomas del país, y da servicio a más de 5,8 millones de pequeñas y microempresas.

Esta entidad es un ejemplo de la transformación financiera de China desde un centro clave de alta tecnología como Shenzhen, ciudad pionera en la política nacional de reforma y apertura.

En declaraciones a Prensa Latina, Nicole Zheng, en representación de esta banca, comentó que WeBank opera sin sucursales físicas, con un sistema central distribuido que reduce costos.

Afirmó que sus controles de riesgos en línea para clientes individuales operan dentro del marco regulatorio, al igual que en otros, y señaló que el banco verifica la identidad del usuario mediante una serie de medidas digitales.

Para las empresas, Zheng apuntó que si bien la mayoría de los trámites se completan en línea, también disponen de gestores de clientes presenciales cuando es necesario.

En su opinión, este enfoque ahorra tiempo y mejora la conveniencia para ambas partes.

La representante indicó que su sistema tecnológico les permite atender a un gran volumen de clientes, incluidos grupos de menor alcance.

Asimismo, expresó que la entidad avanza desde la banca digital hacia la banca nativa en inteligencia artificial, lo cual les lleva a explorar y aplicar tecnologías de vanguardia, como la IA y el big data, a sus servicios financieros.

WeBank, creado en 2014, fue el pionero y el modelo de una nueva generación de bancos nacidos como privados, sin un accionista estatal o institucional mayoritario tradicional, y con un modelo de negocio basado íntegramente en el espacio digital.

Una de las ventajas estratégicas de Shenzhen es su ecosistema incomparable de fabricación y hardware, al tiempo que el acceso a componentes y talento especializado lo convierten en un lugar muy competitivo donde la velocidad de innovación es constante.

En particular, Qianhai, donde se encuentra la sede de WeBank, es una Zona de Libre Comercio pionera conocida por sus políticas innovadoras.

Las empresas aquí aprovechan la cadena de suministro de hardware, un entorno regulatorio pionero (como la Zona de Qianhai) que actúa como laboratorio de políticas comerciales y financieras y un pozo de talento técnico y emprendedor atraído por su dinamismo.

Esta convergencia única de capacidad manufacturera, experimentación normativa y capital humano convierte a Shenzhen en el cerebro operativo donde las ideas se convierten en productos globales y los modelos de negocio del futuro se ponen a prueba primero.

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