Al dirigirse al magno evento, el gobernante libertario repitió las diatribas de Donald Trump contra el dignatario constitucional venezolano, Nicolás Maduro, al llamarlo narcoterrorista que encabeza “una dictadura atroz e inhumana que extiende una sombra oscura sobre nuestra región”.
En ese sentido, recalcó que su gobierno “saluda la presión de Estados Unidos y Donald Trump” y dejó entrever su deseo de que el gobierno bolivariano sea derrocado al manifestar que “el tiempo de tener un acercamiento tímido en esta materia se ha agotado”, y convidó a los demás integrantes del Mercosur a secundar esta posición.
Repitió su respaldo a la líder opositora Corina Machado quien ha solicitado más de una vez la intervención militar en su país, y reiteró que sea liberado el argentino Nahuel Gallo, un gendarme que las autoridades venezolanas detuvieron hace un año cuando intentaba penetrar desde Colombia y fue acusado de ser partícipe en un plan subversivo contra el gobierno.
Asimismo, pidió que los miembros del bloque respalden de manera permanente y sólido “los derechos soberanos de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes ocupados ilegalmente por el Reino Unido desde 1833”.
Además del anfitrión Lula Da Silva y Milei convergieron en Foz de Iguazú los presidentes Yamandú Orsi (Uruguay) y Santiago Peña (Paraguay), y se sumaron el mandatario panameño, José Raúl Mulino, y representantes de los gobiernos de Ecuador, Chile, Bolivia, Perú y Colombia.
Al igual que hizo en la reunión del mecanismo en Buenos Aires, Milei reiteró sus críticas al grupo al alegando que a las instituciones hay que evaluarles sus resultados y recordó que el Mercosur nació con la misión de “promover el comercio, aumentar la prosperidad, integrar mercados y elevar la competitividad de nuestras sociedades. Y ninguno de esos objetivos centrales se cumplió”, estimó.

Criticó que al bloque lo atan el proteccionismo, la burocracia y la complacencia “nos hundieron en el estancamiento”, y exigió un cambio de sus normas para mayor flexibilidad que permita a sus miembros acordar pactos comerciales bilaterales como el que está negociando con Estados Unidos al margen del bloque.
La pobre relación entre el gobierno argentino y el brasileño, y en particular entre Milei y Lula, fue visible cuando el dignatario anfitrión recibió al vecino, y protagonizaron un saludo protocolar, frío y sin ningún gesto de cordialidad.
Al darse las manos, Lula mantuvo una clara actitud de frialdad frente a Milei, marcando sin palabras el profundo malestar que genera la postura del ejecutivo argentino dentro del mecanismo regional.
rc/mh






