Como titular de la corte que juzgó a Fujimori, causó impacto por el tajante freno a las maniobras con las que el preso intentaba llevar la iniciativa negando los graves cargos en su contra y ensalzando su labor como gobernante.

“Acusado Fujimori, aquí mando yo; usted solo tiene que contestar si es o no es culpable”, lo increpó San Martín en un momento clave del juicio, que condujo hasta la condena de 25 años de cárcel al exmandatario, en marzo de 2009, sentencia ratificada por la Corte Suprema en diciembre del mismo año.

La sentencia fue aplicada por cargos como autoría mediata de dos matanzas de sospechosos de integrar el grupo armado Sendero Luminoso, lo que fue descartado durante el proceso.

Fujimori no cumplió el total de la pena dictada por los jueces, pues en diciembre de 2017 fue beneficiado por el gobernante neoliberal Pedro Pablo Kuczynski, con un indulto que generó protestas y fue declarado ilegal por la Corte Suprema.

El Tribunal Constitucional ordenó la libertad del recluso en un fallo tan polémico como inapelable y que se hizo efectivo en diciembre de 2023. Fujimori murió nueve meses después.

El juez San Martín fue separado del Poder Judicial tras el autogolpe de Estado de Fujimori de abril de 1992, como parte de la purga de jueces y fiscales considerados indeseables por el hombre que gobernó con mano dura Perú desde 1990 hasta 2001, y fue reincorporado en marzo de 2004.

En el homenaje de despedida que le rindió el Poder Judicial, la titular de este, Janet Tello, dijo que San Martín es un “ejemplo de valentía en la historia de nuestra justicia”.

“En momentos en que la presión política, mediática y social intentó doblegar a la judicatura, te mantuviste firme aplicando la ley con rigor y humanidad, sin temor ni favoritismo”, agregó.

El juez llegó a la cúspide de la carrera judicial, pues presidió la Corte Suprema durante los años 2011 y 2012, pero también sufrió durante décadas ataques y acusaciones diversas de seguidores y familiares de Fujimori, de los que salió indemne.

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