Bajo el rótulo de Pacto de Industria Limpia, la Comisión Europea (CE) fundamentó que es preciso convertir la descarbonización en un motor del crecimiento industrial del bloque.

De tal forma, el proyecto priorizar las industrias intensivas en energía, como la siderurgia, la metalurgia y la química; y el sector de las tecnologías limpias, que “está en el centro de la competitividad futura y es necesario para la transformación industrial, la circularidad y la descarbonización”, sostiene el texto.

Otro elemento clave del Pacto es la circularidad, cuyo objetivo es aminorar los residuos y prolongar la vida útil de los materiales, al fomentar el reciclaje, la reutilización y la producción sostenible.

Asimismo, prevé contribuir a “maximizar los limitados recursos de la UE” y rebajar la excesiva dependencia de los proveedores externos de materias primas.

La propuesta de la CE contempla, además, recortar en un 80 por ciento el número de las empresas obligadas a presentar informes sobre su impacto en sostenibilidad y rebajar las multas mínimas relativas a incumplimientos en materia de mitigación frente a los problemas climáticos.

También se mostró a favor de disminuir el alcance del mecanismo de ajuste de carbono en frontera, es decir, la aplicación del arancel a través del cual el club comunitario grava las importaciones de terceros países producidas con altas emisiones de carbono.

Según la iniciativa, la UE podría reducir en cinco años un 25 por ciento las cargas administrativas para las empresas, aunque el comisario europeo de Economía, Valdis Dombrovskis, reiteró que no se trata de un proceso de desregulación, solo de simplificar cargas administrativas.

En tal sentido, promete suavizar la directiva sobre diligencia debida en sostenibilidad corporativa, aprobada hace apenas unos meses, que exige a las empresas identificar y mitigar su impacto sobre la sosteniblidad ambiental o social, incluidos los derechos humanos, así como el impacto que tengan las firmas de su cadena de suministros.

“El Pacto de Industria Limpia es el plan empresarial de Europa para atajar la crisis climática, impulsar la competitividad, asegurar la resiliencia económica y retener talento”, dijo la vicepresidenta de la CE Teresa Ribera en la presentación del documento.

De acuerdo con el organismo, la UE precisará unos 480 mil millones de euros adicionales cada año para lograr la transición hacia una economía de cero emisiones; de ahí el pedido de mayores ayudas públicas e incentivos fiscales y recortes de trámites.

Reglas simplificadas y flexibles permitirán la aprobación rápida de ayudas de Estado para descarbonización y proyectos de tecnologías limpias, alega el escrito de la CE.

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