De acuerdo con la publicación, el portavoz castrense, mayor general Winthai Suvaree, afirmó que las municiones WP se utilizan con fines de humo, iluminación, explosivos e incendiarios, y no están clasificadas por la Convención sobre Armas Químicas como tales.

Winthai señaló además que ningún tratado internacional prohíbe el almacenamiento o el uso de proyectiles WP, lo cual permite a Tailandia conservarlos y emplearlos en operaciones militares dentro del marco legal internacional.

El Protocolo III de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales prohíbe las armas incendiarias diseñadas específicamente para quemar personas, pero los proyectiles de fósforo blanco no se clasifican en ese grupo, dijo.

Añadió además que el uso de fósforo blanco por parte del ejército tailandés se limita a objetivos militares, está estrictamente regulado y nunca se ha dirigido contra civiles.

Sin embargo, hizo notar el Khmer Times, según la OMS el fósforo blanco es perjudicial para los humanos por cualquier vía de exposición, en particular para los ojos y las vías respiratorias debido a la presencia de ácidos fosfóricos y fosfina”, aunque también puede causar quemaduras profundas y graves.

El ejército tailandés también confirmó antes el empleo de municiones de racimo, recordó el diario y apuntó que la declaración de Winthai ocurre luego que el director general del Centro de Acción contra Minas de Camboya, Heng Ratana, revelara el hallazgo de un proyectil de artillería de 155 mm con fósforo blanco en la provincia de Oddar Meanchey.

Por otra parte, y en conferencia de prensa ofrecida la víspera aquí, el propio Ratana desestimó las acusaciones de Tailandia contra Camboya por los recientes incidentes con minas terrestres y presentó pruebas técnicas que demuestran su infundada invocación.

Refiriéndose a los dichos de Bangkok respecto a que la explosión fue causada por una mina PMN-2 recién colocada en territorio tailandés, señaló que “en realidad ésta se produjo en territorio camboyano, aproximadamente a 300 metros dentro de la frontera franco-siamesa”.

Explicó asimismo que si el estallido lo hubiera causado una mina PMN-2, la víctima no habría sufrido solo amputaciones de tobillo, pues con este tipo de artefacto casi siempre resultan en la pérdida de ambas piernas y, a menudo, en lesiones mortales.

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