Según adelantó el pasado miércoles el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, el Boletín Oficial del Estado publicará el catálogo de elementos y símbolos franquistas ‘para que sean retirados de una vez por todas del país y sus calles”.

Para impulsar esta idea cuenta con el respaldo de la Ley de Memoria Democrática de 2022, la cual encomienda al Estado la elaboración de un documento en colaboración con el resto de administraciones públicas.

Además, puede incorporar aspectos en función de los intereses de las propias víctimas del franquismo o sus familiares, junto con asociaciones de memoria.

Aunque en el exterior de España se piensa que es asunto casi cerrado, lo cierto es que existen placas, monumentos, calles y pueblos que evocan a la dictadura franquista en la actualidad.

Es difícil conocer con exactitud la cantidad, como tampoco si todas las recogidas son alegorías a la dictadura o interpretaciones en este sentido, pero las cifras superan los seis mil elementos y símbolos.

La Ley de Memoria Democrática prevé actualizar el catálogo todos los años e incluye monumentos de más de 20 metros de alto, entre ellos el Valle de Cuelgamuros (hasta hace poco Valle de los Caídos), el Arco de la Victoria de Madrid, erigido entre 1950 y 1955 para enaltecer el triunfo de Francisco Franco en la Guerra Civil (1936-1939).

Igualmente, el Monumento a la Victoria o Monumento a Franco, una fuente escultórica levantada entre 1964 y 1966 en Santa Cruz de Tenerife.

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