Después de meses de zozobra -con una derrota en los comicios legislativos de la Provincia de Buenos Aires (PBA) el 7 de septiembre, escándalos de corrupción, caída de su imagen y una crisis económica por la que debió ser apuntalado por Washington, Milei festejó el domingo y prometió profundizar su política de reformas, lo cual significa más ajuste.
Para el comentarista Sergio Ortiz, fue “un día de luto para pueblo argentino” porque ganó a nivel nacional con más del 40 por ciento de los votos LLA de Milei, nueve puntos de ventaja sobre el peronismo. Incluso, en PBA le ganó por el escaso margen de 0,7 por ciento, una remontada de cuando perdieron por 14,5 puntos hace un mes y medio.
“La victoria de LLA se explica por la unidad de esa derecha apoyada por los monopolios, con su proyecto de Argentina colonia de Estados Unidos, el FMI y JP Morgan”, resumió Ortiz.
“Durante los próximos dos años tenemos que afianzar el camino reformista que emprendimos para dar vuelta de una vez y para siempre la historia argentina. Ahora estamos enfocados en llevar a cabo las reformas que la Argentina necesita…”, manifestó Milei en su discurso triunfal.
“Tendremos el Congreso más reformista de la historia”, apostilló.
De ese modo, reafirma que proseguirá sus políticas de ajustes, ahora con un Congreso que le puede ser más amigable, aunque su fuerza no contará con una mayoría sólida en ninguna de las dos cámaras del Congreso.
Completado el escrutinio LLA suma 93 bancas en la Cámara de Diputados, en tanto Fuerza Patria tendrá 97, o sea, el ejecutivo se verá obligado a negociar con representantes de otras formaciones políticas a fin de lograr que se sancionen sus proyectos políticos.
Lo mismo sucede en el Senado donde las Fuerzas del Cielo contarán con 20 legisladores, de los 72 que componen ese plenario, por 28 el peronismo, por lo que ambos colectivos deberán entrar en duras tratativas para poder imponer sus objetivos.
No obstante, este resultado inesperado significa un balón de oxígeno para el gobierno de Milei que se dispone a iniciar a partir del 10 de diciembre los dos últimos años de su mandato.
Interesado en los grandes recursos de Argentina y su posición estratégica de gran interés militar, el gobierno norteamericano seguirá apuntalando al ejecutivo de Milei que le ha abierto las puertas a minerales valiosos, incluido uranio, petróleo y la Tierra del Fuego desde donde dominar la Antártica, señalan analistas.
Comparativamente, el nivel de apoyo a Milei y su LLA bajó del 56 por ciento que obtuvo en los comicios de octubre de 2023 que lo llevaron a la Casa Rosada a 40 por ciento en esta ocasión, señalan observadores quienes también recuerdan que Mauricio Macri y su coalición Juntos por el Cambio obtuvieron una gran victoria en las legislativas de medio término en 2018 y dos años después perdieron las presidenciales en 2020.
En las urnas el domingo no se hizo sentir la guerra de Milei contra la cultura progresista, el feminismo, el colectivo LGBTQ, el periodismo, la educación pública, los discapacitados, la ciencia, la salud, las instituciones de los derechos humanos, el Congreso, los gobernadores y la política tradicional. Tal pareció que nada de eso pasó.
Los argentinos que le dieron el voto a LLA consagraron un método de construir política y poder a gritos y empujones, aunque el primer mandatario, alertado sobre la baja de su imagen positiva, intentó dejar de lado los recurrentes insultos en las últimas semanas, e incluso se vistió de traje y corbata para el acto de celebración electoral anoche.
Al peronismo le faltó unidad sólida, y deberá replantearse su estrategia de cara al futuro cercano, el 2027, cuando Argentina escogerá a un nuevo presidente, o reelegirá al mismo.
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