“Nuestras fronteras se respetan”, fueron las palabras que encabezaron la convocatoria que adelantó que se redoblarán los esfuerzos de la vigilancia de las fronteras por las Fuerzas Armadas, así como de las autoridades migratorias y la Policía Nacional.

Entretanto, un grupo de migrantes, en su mayoría venezolanos, permanece acampado precariamente en el lado chileno de la frontera con Perú, huyendo de las amenazas de confiscación de bienes y expulsión inmediata lanzada por el ultraderechista candidato presidencial chileno Kast, en cuanto asuma el gobierno, de ganar la segunda vuelta electoral.

Reportes desde la frontera dan cuenta de que la policía chilena mantiene a raya a los migrantes y los persuade a buscar una solución en el control migratorio chileno.

Los mandos policiales de ambos países han coordinado el control fronterizo, según el jefe de la Policía de la región limítrofe peruana de Tacna, Arturo Valverde.

La especialista en temas migratorios María García Calderón comentó que la solución al problema de los migrantes de situación irregular que quieren salir de Chile debe ser concertada por ambas naciones o en un contexto más amplio, y no en forma unilateral y compulsiva como pretende Kast.

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