De acuerdo con el Centro de Acceso a Registros Transaccionales de la Universidad de Syracuse, a finales de agosto de 2025, en Estados Unidos se registraba la cifra antes mencionada de migrantes en espera de las conclusiones de sus casos o las audiencias de asilo.
Sin embargo, luego de que el FBI identificara como el sospechoso del ataque a tiros a unas cuadras de la Casa Blanca de los dos efectivos de ese cuerpo armado, uno de los cuales murió y el otro permanece en estado crítico luchando por su vida, la administración republicana ha intensificado sus medidas antiinmigrantes.
El director de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (Uscis, por su sigla en inglés), Joe Edlow, escribió en la red social X que su agencia federal “ha detenido todas las decisiones de asilo hasta que podamos garantizar que cada extranjero sea investigado y examinado al máximo grado posible”.
El Uscis anunció que reexaminará todas las tarjetas de residencia permanente (“green card”) emitidas a personas de 19 países etiquetados por Washington como “de preocupación”, incluido Afganistán.
Además, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anticipó que revisará todos los casos de asilo que fueron aprobados bajo el mandato del presidente Joe Biden (2021-2025).
El presidente Donald Trump informó en un mensaje a las tropas estadounidenses por el Día de Acción de Gracias sobre el fallecimiento de una de las víctimas del atentado, la especialista Sarah Beckstrom, de 20 años, mientras el sargento Andrew Wolfe, de 24 años, aún lucha por su vida.
Rahmanullah Lakanwal, de 29 años, fue identificado por el FBI como el presunto autor del ataque a tiros en esta capital contra los dos efectivos que patrullaban el popular centro de la ciudad, un área que, además, se mantiene muy concurrida por turistas.
Varios medios locales publicaron que Lakanwal ingresó a Estados Unidos en septiembre de 2021 y residía en el estado de Washington, desde donde se trasladó conduciendo hasta aquí.
Ahora Lakanwal enfrenta un cargo de asesinato en primer grado luego de la muerte de una de las víctimas, declaró la fiscal federal Jeanine Pirro.
Como consecuencia de este acto terrorista, como lo calificó Trump, la administración republicana dio de inmediato una vuelta de tuerca a la ya agresiva agenda migratoria.
El Gobierno de Trump alegó que el sospechoso llegó bajo el programa «Operación Aliados Bienvenidos» de Joe Biden, diseñado para apoyar a los refugiados de Afganistán vulnerables después de la retirada de las tropas estadounidenses de la nación centroasiática.
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