En declaraciones públicas, dijo que acordó con su colega chileno, Alberto van Klaveren esa medida, tras la tensión causada por el sorpresivo cruce fronterizo de los migrantes de terceros países, que eludieron a los policías de ambos países y llegaron al puesto de control peruano de Santa Rosa.

Zela calificó el hecho como irregular con el inmediato retorno de los extranjeros a Chile y desmintió versiones según las cuales había quedad o en un especie den limbo, en la llamada “tierra de nadie”, una franja limítrofe desocupada por ambos países

Refirió que hubo en el contacto con Klaveren una clara disposición al diálogo y a encontrar soluciones compartidas y ambos coincidieron en que el problema de los migrantes indocumentados -de varios países y mayoritariamente venezolanos- es compartido por los dos gobiernos.

“Hay concierto en ambos países de que este es un problema común”, dijo y añadió que Chile y Perú tienen como objetivo evitar que el flujo crezca y se repitan situaciones como la de hoy.

El canciller peruano informó además que en el diálogo con su par chileno trataron sobre la posibilidad de tomar medidas como empadronar a los migrantes y adelantó que analizar caso por caso es muy difícil por tratarse de personas en situación irregular.

Adelantó que cualquier medida se adoptará respetando las normas internacionales y los derechos humanos.

El incidente de hoy ocupó amplios espacios en medios de prensa y el periodista Günter Rave señaló que el problema migratorio no lo ha creado ninguno de los dos gobiernos, sino el candidato presidencial chileno José Antonio Kast, con su amenaza de que, de ser elegido, expulsará a los migrantes indocumentados y los despojará de sus bienes.

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