Según la investigación, al impulsar el crecimiento de plantas que se convierten en leña, el CO2 está provocando un aumento en la gravedad y frecuencia de los incendios forestales en todo el mundo.
Explica que, para convertir la luz en alimento mediante la fotosíntesis, las plantas necesitan CO2 y la quema de combustibles fósiles para calefacción, electricidad y transporte está añadiendo niveles cada vez mayores de esa sustancia a la atmósfera.
“Luego, las plantas utilizan el CO2 extra para producir carbohidratos que les ayudan a crecer, lo que provoca un aumento de la biomasa que se quema”, señala el texto, publicado en la revista Communications Earth & Environment.
Describe asimismo que “no es porque haga más calor que las cosas se queman, es porque hay más combustible, en forma de plantas”.
“Las olas de calor y las sequías ocurren con más frecuencia en el clima actual que hace 50 años y esas son condiciones propicias para marchitar las plantas, por lo cual a medida que se secan y mueren, se queman más fácilmente”, detallan los expertos.
Alertaron que en todos los modelos analizados descubrieron un aumento de los incendios durante las estaciones más cálidas y que se debe a la carga de combustible en lugar de a un acrecimiento en el número de los llamados días de ‘clima de incendio’.
“Esto significa que los megaincendios a menudo pueden ocurrir fuera de lo que se considera temporada de quemas”, dijeron.
Necesitamos más control de emisiones y la mejor manera de disminuir los incendios forestales es mitigar el aumento de dióxido de carbono, concluyeron los especialistas.
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